lunes, 24 de octubre de 2016

Sabiduría de niños...

Miércoles 10-6-2015

De a poquito se puede decir que empezó el cambio. Todas las mañanas al levantarme tomo medio limón exprimido con agua tibia, tiene muchísimas propiedades que me van a ayudar a sentirme mejor. También trate de incorporar una cucharada de Aloe Vera pero eso me está costando más, es horrible su sabor y me cuesta tomarla. Luego de eso como un kiwi y algunas almendras, nueces o granola. Cambie la sal común por sal marina. La yerba común por yerba orgánica. El azúcar por la stevia. Trato de comer más verduras y frutas. De a poquito voy incorporando nuevos hábitos saludables pero a veces no es tan fácil.

Lunes 22-6-2015

Acá estamos, nuevamente frente a la compu para contar un poco como siguen estos días en mi vida. Las novedades no son muy buenas. Los malestares de la panza y de la proctitis actínica siguen en mayor o menor medida dependiendo el día, pero siguen al fin. Fui nuevamente al gastroenterólogo que me indico repetir el tratamiento de enemas y sumarle uno con supositorios. Creo que quien no ha pasado por lo mismo no lograra jamás entender por qué me angustio tanto. Estoy podrida, verdaderamente. Necesito superar la etapa de la enfermedad. Seguir con tantos malestares no me deja dar vuelta la página. Tengo ganas de vivir, de arrancar nuevos proyectos, de disfrutar a mi hija, de cuidarla. Pero esta puta enfermedad aun no me deja en paz. Pongo lo mejor de mí para disfrutar a full los momentos en los cuales me siento bien, pero cuando los malestares vuelven todo se viene abajo nuevamente. Quiero ser feliz, de una vez por todas.
Hoy me paso algo totalmente movilizador. A la mañana estaba con mucho dolor y mientras mi chiquita jugaba con sus cositas a unos metros míos, yo no pude aguantar llorar de la rabia e impotencia que me estaban causando los malestares. Lo hice sentada frente a la compu, a espaldas de ella. A los dos minutos se acerca y me dice con su añito y meses… que pasa mama? Duele? Automáticamente seque mis lágrimas, trate de sacar la mejor sonrisa y le dije que no pasaba nada, que mamita está bien pero ella insiste en llevarme de la mano hacia no se donde. Le sigo la corriente y voy con ella. Me lleva hasta mi cama, me indica que me acueste, me tapa y me dice ¨estas mejor mama?  Te curo?¨ .no imaginan lo que fue eso para mí, mezcla de amor, orgullo y pena. Será esa la imagen que tiene mi bebe de su mamá estos últimos meses?? Mamá en la cama, dolorida, llorando. Que inteligente y perceptiva sos mi vida. Mama te ama con todo su corazón y va a luchar siempre para recuperarse de todo esto y poder estar toda tu vida al ladito tuyo. Te amo hija. Demasiado.






martes, 18 de octubre de 2016

¡Hoy me levante feliz!

Lunes 1-6-15

¡Hoy me levante feliz! Anoche me hice el último enema del tratamiento para la proctitis. Y evidentemente me ha hecho muy bien. Si bien sigo notando algunas cositas que aún no sanaron, cambio mucho mi calidad de vida a partir de estos enemitas. Se puede decir que vuelvo a tener vida. Puedo salir sin estar tan pendiente del tema, o simplemente tengo ganas de salir. Antes era estar tirada en la cama, hecha bolsa, esperando que pasen las horas, horrible. Tengo que aprender mucho de todo esto que me paso. Siento que estos últimos malestares fueron señales clarísimas que me dio el cuerpo para que ponga un freno, para que tome conciencia de lo mal que me estaba alimentando durante todos estos últimos años, para que sea consciente que al cuerpo hay que cuidarlo,  el cuerpo me dijo basta. Ni bien comía algo fuera de la dieta automáticamente me empezaba a sentir mal.
Es muy curioso porque le hemos preguntado a todos los médicos que voy sobre la alimentación, qué conviene, qué cuidados debería tener a partir de ahora, y ellos contestan: Nada. Claramente los médicos sabrán mucho de muchas cosas, pero se quedaron estancados en muchas otras. Creo que es fundamental hacer un cambio de vida a partir de todo lo que me paso, y en ese cambio uno de los puntos más importantes es la forma en que comemos. Sé que es un trabajo difícil pero tengo que lograrlo, tengo que demostrarme a mí misma que puedo con esto, que por primera vez en la vida me hago responsable de mi misma, de mi situación y revierto mi realidad con mi propio sacrificio. Basta de depender de los demás, basta de esperar que otro haga las cosas por mí. Acá estoy yo, pase por un cáncer, el tratamiento médico salió de 10, y lo mínimo que puedo hacer ahora es cuidarme yo para que todo lo que pase no haya sido en vano. 




                             

domingo, 18 de septiembre de 2016

Sea yo o no, sea un ángel o sea San Expedito, la cosa es que a mí me dio una mano enorme!

Martes 12 de mayo de 2015

Maldito 12 de mayo de un año atrás. Hoy hace exactamente 1 año que la doctora S.G. me dio la peor noticia que iba a recibir hasta el momento en mi vida. Tenía cáncer. Sinónimo de muerte en ese momento para mí. Fue tan triste, pero tan triste, que no se imaginan. Porque la palabra es esa, TRISTEZA.
Ayer termine de leer el libro “Puto cáncer” de Mayra Sánchez, y recién le escribí por face:

Buen día Mayra! Te escribo para felicitarte por tu libro, tu valentía de publicarlo y tu terrible garra para salir adelante. Termine de leerlo ayer, lo leí en 3 días, atrapante. Tengo 30 años y hace uno que me diagnosticaron cáncer de cuello de útero, a solo 6 meses de haber sido mamá. Pase por quimio, rayos y braquiterapia. No fue fácil pero acá estoy, cumpliendo con mis controles al pie de la letra y confiando en que todo andará bien. Uno no sabe la fortaleza que tiene para atravesar estas situaciones hasta que no las vive. Se activa un súper yo desconocido que nos hace poner todo y darle para adelante de una manera increíble. Nuestras historias son diferentes pero ambas difíciles. Tu mamá una genia al igual que la mía, impagable haber podido ser acompañadas por ellas en los momentos más duros.
Me gusta en esta etapa de mi vida leer este tipo de libros y saber que no soy la única, que se puede, aprender de la garra de otros. Te mando un gran beso y éxitos!

Sábado 23 de mayo

Mayra contesto muy amablemente, me felicito a mí también por todo lo que pase y quedamos en contacto para una posible juntada y presentación del libro en Arrecifes.
Para seguir con el cholulismo, también le escribí a Marina Borensztein, a quien hoy en día admiro profundamente. Creo que logró tomarse la enfermedad con una responsabilidad que aún hoy yo no logro, y cambió sus hábitos de vida y de alimentación de una manera notable. Con mucho sacrificio seguramente. Ese sería mi próximo objetivo, cambio de hábitos, de forma de vida.
En terapia estamos tratando justamente todo esto. Tengo que comprometerme a cambiar mi alimentación, es fundamental en este momento de mi vida que tome conciencia de ello. Y si bien creo que ya tome conciencia, no sé por qué no logro llevarlo a la práctica, hay algo que no me permite pasar a la siguiente etapa de sanación, y me retiene aún en la enfermedad. Por lo pronto decidí no leer más libros de testimonios de cáncer. Leí 3, creo que ya fue suficiente. De ahora en más libros que me ayuden con estos cambios que estoy buscando y tanto bien le harían a mi cuerpo, mente y espíritu.
Estos días pasados no escribí porque me sentí realmente mal. Muy mal. La proctitis me tenía re podrida. Iba de la cama al baño 24 veces por día. Y el ánimo estaba igual de destrozado que mi cuerpo. Fue una semana entera en cama, llorando, preguntándome por qué, por qué tanto, por qué no paraba de una vez todo esto, ¿no era suficiente ya con todo lo que pase? Fueron días difíciles.
El miércoles, que teníamos cita con el gastroenterologo para que me de el tratamiento, viajamos a Bs As con César y Juani. La pasamos hermoso en familia. Juanita feliz de estar con nosotros disfruto del paseo, la visita a los primos, del shopping. Parecía que llevaba un cartel enorme que decía “soy del campo”. Fascinada con las escaleras mecánicas y con las luces de la gran ciudad. Juani es feliz estando con nosotros, sea como sea y donde sea. Estamos bobos de amor por ella.
Bueno, igual no todo fue joda, fuimos al médico y me indicó hacerme 7 enemas, noche por medio, con corticoide y no sé qué otros condimentos. Eso haría que me “cure” de la proctitis actínica que me traía muy mal esos días. Tripa corazón y a arrancar con el agradable tratamiento que según el doctor es facilísimo de hacer, una enemita chiquita, reteniéndola toda la noche, ¿a quién le puede incomodar una cosa así?
Lo que paso el primer día que me lo hice sí fue milagroso. Con todo el miedo, bronca, incomodidad y demás sensaciones me hice el primer bendito enema. Primer resultado positivo: ¡no era tan difícil retenerlo! Era uno de mis grandes miedos y lo logré. Clari 1, enema 0. Segundo resultado positivo: al otro día ya me sentía mucho mejor, era magia. Clari 2, enema 0. Tercer resultado positivo: parece que el tratamiento me inspiro y tuve uno de los sueños más lindos de los últimos tiempos. Voy a contar lo que recuerdo. Yo estaba en el banco Santander, en la puerta, pero tenía que saltar de un gran escalón para bajar a la vereda, en eso para una chica aparentemente de mi edad, y me da la mano para saltar. De ahí en más seguí durante todo el sueño con esta persona de la mano. Yo la miraba y me daba tranquilidad, paz, me sentía cuidada y muy tranquila. Me resultaba raro que no me suelte pero me gustaba ir de la mano con ella. Desperté sintiendo que esa chica era mi angel de la guarda, que escuchó mi pedido de los días anteriores, que no aguantaba más, que necesitaba que los malestares terminaran, y ese día al despertarme del sueño me levante increíblemente bien, tanto anímica como físicamente. Me cambio el humor radicalmente. A todo esto hay que sumarle que el mismo día del sueño y del enema era el día de San expedito. El único santo al que le pedí por mi salud durante todo el tratamiento, haciendo cadenas con estampitas con su imagen a todo el mundo. Parece que San Expedito, si repartís 500 imágenes de él, te cumple el milagro. Y yo sentí que ese día, el milagro había llegado.
Esa semana cuando fui a la psicóloga y le conté todo esto me dijo algo que no me esperaba. Por lo que ella sabe sobre los sueños, esta chica que vino a darme la mano soy yo misma, se llama asistente de un mismo, o algo así. Aparece en algunas personas para ayudarnos en situaciones difíciles o límites y parece que es una bendición que haya aparecido por mis sueños. Sea yo o no, sea un ángel o sea San Expedito, la cosa es que a mí me dio una mano enorme. Me levanté feliz y con ganas de retomar mi vida. ¿Gracias a la mano? ¿Al enema?? Vaya uno a saber… =)




Nueva Colonoscopia para mi ...

Sábado 9 de mayo de 2015

Pasaron varios días sin escribir, y muchas cosas en esos días. Mi psicóloga me ha dicho alguna vez que de una semana a otra pasan muchísimas cosas en mi vida y la verdad que tiene tanta razón. Yo quisiera que pasaran un poco menos.
 Fui a lo del Dr. G, el gastroenterólogo recomendado por Tatti, y me transmitió seguridad. Si bien a mi gusto no me dejo hablar demasiado para explayarme en mis molestias, parecía que la tenía muy clara de antemano con lo que le iba a decir y se adelantaba él a hablarme. César dice que no fue así, tal vez sólo una sensación mía. La cuestión es que me dijo que probablemente sean malestares producto de los rayos, como me lo habían dicho ya los otros médicos, y me mando a hacer una colonoscopiaaaaaaaaaa!!!!! Sí, nuevamente una colonoscopia. Obviamente que no le dije ni a y acaté sus órdenes ya que era necesario tener ese estudio para saber exactamente qué es lo que pasaba dentro de mi pancita, y luego poder medicar con un diagnóstico claro.
La colonoscopia es uno de los estudios más invasivos que me han hecho en la etapa del diagnóstico de cáncer. Pase por varios horribles, incómodos, vergonzosos, pero este creo que era el peor. Se trata de tomar 4 litros de laxante. Sí, 4 litros, como lo lees. Eso para prepararse para realizar el estudio.
Nunca tome un líquido tan inmundo como ese, totalmente vomitivo, no quería volver a pasar por lo mismo. Así que fui decidida a sacar el turno y a decirle al señorito que me atendía que de ninguna manera iba a tomar esa asquerosidad, me puse firme, le dije que no lo toleraba y que iba a tener que conseguir la manera que pueda realizar el estudio con otro tipo de laxante que son sólo dos vasos separados por varias horas. Me sentía orgullosa de pelear por mis necesidades, por respetarme y no dejar que otro decida sobre mí, parece que la terapia va haciendo su efecto. El muchacho intento convencerme, pero como yo no cedí ni un milímetro, me dijo que estaba la posibilidad de hacerlo en el horario de la mañana con un médico que sí aceptaba este otro tipo de preparación.
¿Me queres decir por qué no me lo ofreció antes? Solo Dios sabrá. La cosa es que me prepare con el de los sobrecitos, son dos que se diluyen en dos veces en medio vaso de agua. Tome sólo uno y me alcanzó y me sobró para saber que el siguiente no lo tomaría. Me descompuso demasiado y además, yo vengo casi sin comer estos últimos días, así que no había mucho más para limpiar que lo que ya había salido. Asqueroso pero es así, todo lo que me tocó a lo largo de este tiempo es así. Fui a Medicus con la mitad de la preparación hecha pero en ningún momento se los blanquee.  Yo sabía que iban a poder hacerme el estudio igual, así que me quede calladita con mi secretito.
Me llaman, paso. Entro y me ponen en un box separado por cortinas con el vecino que esta por el mismo temita, me hacen sacar toda la ropa, y me dan una bata para ponerte, por suerte esta bata era de tela, gruesa, más linda que esos azules de papel que son incómodos, transparentes y horribles. Esta tenía un poquito más de nivel, me subía un poquito el autoestima en ese momento que te sentís una rata a punto de ser examinada. Paso al baño, hago mi último intento, dejo mi ropa en el placarcito, lo cierro y adentrooooo, que Dios te ayude.
Entro a una sala con 5 personas alrededor, tres hombres, dos mujeres. Les muestro el estudio que ya me hice hace exactamente un año atrás con ellos. Les cuento porque estoy ahí y no hay médico que no se compadezca de mi caso. Y sí, es raro. Y triste. Hasta los médicos más grosos y curtidos tienen corazón. 29 años, una bebe de 1 año y medio, y saliendo de un cáncer, con secuelas molestas del tratamiento. Pobre mina. Me acuestan en la camilla y la anestesista comienza a buscarme una vena para colocar la anestesia. Yo empiezo a llorar, no lo puedo manejar y tampoco intento reprimirlo. Sé que tengo que dejar salir la angustia y la verdad que este tipo de exámenes me ponen mal, me dan rabia, asco, impotencia. La anestesista muy amable me dijo que llore tranquila, que era lógico que este angustiada, así que seguí sin reprimir ni una lagrimita.
Siempre se les complica encontrarme una buena vena para pinchar, parece que las tengo finitas y profundas, ¿será que se esconden para defenderme de tanta agresión? Después de varios intentos logró encontrar la indicada para pasar el sedante. En ese momento te dicen: “bueno, ahora ponete de costadito y cerrá los ojitos”. Como diciéndote “ponete de costadito, relájate, que en un ratito te rompo el culito”.
Gracias a Dios te anestesian y uno ni se entera de lo que te hacen. Ya estoy más allá del bien y del mal así que si me van a hacer cosas horribles, por lo menos, que sea dormida. Me desperté ya de vuelta en el box de las cortinitas. Ni bien abro los ojos pido por César, me da tranquilidad tenerlo cerca, así que lo llamaron y ahí vino, mi guardaespaldas. Firme como siempre. En eso nos traen el resultado del estudio, lo abrimos y chan. Dice que tengo una úlcera y que además me sacaron una muestra para biopsia. Nerviosa sin saber qué significaba bien cada cosa, le pedí a la enfermera que por favor llamara al médico para que me explique. No tuve suerte y vino la anestesista que ya le había tocado el corazón, a explicarme que ellos no podían decirme cómo seguir, que llame al gastroenterólogo y le pida indicaciones a él.
Me trajeron el desayuno. Me tomé sólo el té porque no quería tentar a la suerte comiendo ya que tenía que viajar. Me cambie y salimos de Medicus directo al bar de enfrente para que César coma algo y poder llamar tranquilos al médico. El Doctor me pidió que le envié por whatsapp las fotos de la úlcera y el informe. Se los pase y al rato me llamo para decirme que me quede tranquila, que no era nada raro, que vaya el miércoles siguiente a verlo y veíamos como seguir. ¿Tranquila? Lo dudo, haré lo que pueda.
Mañana es mi cumpleaños, llegaron los 30, y cargaditos de situaciones nuevas. Decidí no festejar de noche, no tengo ánimo y no voy a forzarme a hacer algo que no tengo ganas. Así que invite a todos a venir mañana a casa a la tarde a tomar algo y comer cosas ricas, pero tranqui. Hace unos días  sentía la obligación de festejar más a lo grande ya que el año había sido difícil y tenía que festejar que estaba viva después de todo lo que pase. Además eran los 30. Pero la psicóloga me hizo entender que aún no era un año “especial”, que yo aún me sentía mal y no tenía por qué festejar si así no lo sentía. Tal vez el año próximo si sea el especial, ojalá.


jueves, 15 de septiembre de 2016

Mas del Diario de aquellos días...

25 de abril de 2015

Hoy amanecí con la teoría de que el cáncer nos va a matar a todos. Debe ser porque anoche me dormí con una horrible noticia, otra de mis compañeras de sala de espera de los rayos falleció a causa de esta mierda de enfermedad. Tengo rabia, odio, tristeza, y también miedo. Paula, la chica de la cual les hablo, fue una de las mujeres que más me llamaron la atención el primer día que llegue a ese lugar, vaya a saber por qué. Joven, con su pañuelo en la cabeza, impecable y siempre con una sonrisa. Charlamos un par de veces y nos agregamos a Facebook para que me envíe un par de datos de tratamientos alternativos, recetas milagrosas y esas cosas. Hoy me doy cuenta que nada sirve de nada. ¡La puta madre! ¡Esta enfermedad está matando a miles de personas y aun no se encuentra la cura!
También ayer cruce en la calle a una mujer que no sabía que estaba con cáncer, y a otra y a otra. Cada día somos más, algo raro hay. Siento que se van multiplicando y multiplicando los casos de cáncer y que en algún momento, no muy lejano, va a terminar con todos. ¿Estaré muy pesimista? Sabes que creo que no, que realmente va a ser así….

Miércoles 29 de abril de 2015

Volvieron los malestares y dolores. La puta madre. Hace bastante que vengo con dolores de panza, una especie de contracciones y cólicos horribles que me dan ganas de ir al baño en cualquier momento, más frecuentemente por la mañana. Aparte vengo hace un par de meses también con una proctitis que me está cagando la vida. Literalmente. Valga la redundancia. Lo que más rabia me da es que ahora sí realmente veo afectada mi calidad de vida, no dispongo de mi vida, de mis ganas, de mis horarios, todo lo manejan mis malestares. Nunca se cuando voy a estar bien y cuando voy a tener que salir corriendo al baño. Soy impredecible. Sumado también a que los días de humedad o de lluvia me resurgen los dolores pélvicos horribles que tenía en las épocas de dolor insoportable donde aún no sabíamos de dónde venían. Todo una cagada por estos días. Sin ganas de nada.

Jueves 30 de abril de 2015

Ayer no pude seguir escribiendo porque dados los acontecimientos de mis malestares cayó al rescate mamá, que siempre está ahí al pie del cañón, y la entiendo. Debe ser terrible ver mal a tu hija, que pase por todo lo que pasé. Pobre mamá, ella demuestra sus sentimientos con su incondicionalidad, su perseverancia y su sacrificio para lo que sea. Cada uno hace lo que puede con lo que nos tocó vivir. No la juzgo. Al rato vino el doctor C, que dijo que los malestares estomacales de estos días también eran producto de los rayos. Que tome un coctel de 3 remedios para calmarlo y q en unos días ya debería estar bien, veremos qué pasa.
Igualmente ayer llame a mi ginecólogo de cabecera, el groso, Tatti. Un genio que me consiguió una consulta para el próximo lunes con un gastroenterólogo, también groso, de su confianza. Así que iremos a ver que dice. Parece que mi ansiedad de que todo esto termine lo antes posible y sea solo un sueño no va a poder ser. Parece que esto recién empieza. ¿ Y ahora quién podrá defenderme?

César tiene planeado viajar a Olavarría este finde próximo porque es largo y van muchos de sus amigos. Yo le dije que en este estado no tenía ganas, es incómodo andar así en casas ajenas. Así que le insistí para que vaya solo, creo que le va a hacer bien despejarse de mí y mis problemas. Ver a sus amigos tranquilo, sin la presión de estar conmigo y con Juani a cuestas. Me da alegría que César pueda despejarse y disfrutar un poquito aunque sea de su gente sin nosotras. Lo necesita, y se lo merece, puffff si se lo merece. Es incondicional. A veces lo veo superado por la situación, pero lo comprendo. Quien no lo está con todo lo que nos pasó. Él también hace lo que puede con lo que le tocó, pobre santo, lo amo demasiado y no me imagino como hubiera sido pasar por todo esto sin él. Fue un soldado que me cuido día y noche al ladito mío. Se me caen las lágrimas. César se merece una vida hermosa junto a nosotras, porque la luchó como un guerrero a la par mía. Los tres nos merecemos ser felices. Espero con ansias ese futuro de familia feliz, con mucha salud. Algún día con más tiempo voy a dedicarme a escribir un capitulo completo sobre él.


miércoles, 14 de septiembre de 2016

Llego el amor de mi vida...

24 abril de 2015

Ayer tuve psicóloga y le conté que había arrancado a escribir. Le encantó la idea. Recién leía lo último que escribí sobre “para qué me enferme”, y justamente ayer en la sesión reflexionamos de que tal vez el cáncer llego a mi vida para demostrarme que aún no sé cuál es mi tarea en este mundo, para qué vine, qué es lo que debo dejarle. Iremos viendo con el correr del tiempo si consigo dilucidar esta incógnita, que no es nada fácil. Veremos.
Bueno, me propongo seguir contando como sucedieron los hechos, había quedado en el embarazo. Los últimos meses cuando iba a control siempre tenía presión un poquito alta, por lo que el médico me alerto la posibilidad de hacer una cesárea ya que tener un parto natural con presión es riesgoso. Sinceramente creo que le tenía un poco de miedo a parir, a lo desconocido, así que no me parecía mal la opción de la operación. En la semana 37 fuimos a control nuevamente, pero ya con los bolsos por las dudas, porque Juana iba a nacer ahí mismo en Pergamino, y en caso de que se decidiera que sea ese mismo día, no quería volver corriendo a buscar las cosas. Además mi ansiedad me seguía ganando también en este momento tan importante de mi vida, tenía el bolso hecho hacia un par de meses, lo miraba, lo cerraba, sacaba las cosas, las ponía, agregaba, lo volvía a cerrar. Esperaba con mucho amor a mi bebé que venía a llenarnos de alegría.
 La cosa es que el querido doctor M, el que minimizaba mis dolores del embarazo, que lo único que se le ocurría hacerme era estudios de orina para ver si no era infección urinaria, decidió que Juana debía nacer lo antes posible por mi presión alta. Eran las 5 de la tarde, así que nos dijo que nos relajemos y nos quedemos internados desde ese mismo momento, y mañana a primera hora venia para que hagamos la cesárea. Nuestra emoción era enorme, mezclada con nervios, Juana por fin iba a salir de la panza.
 Mientras yo me ubicaba en la habitación que nos asignaron, César fue a buscar todo el bartulaje de bolsos y accesorios para el bebé y la mamá al auto. Mientras me ubicaba en la habitación vino el medico a decirme que mejor lo hacíamos ya. ¡Que Juana iba a nacer ya! Imagínense mi cara, mis niveles de ansiedad a esta altura ya eran incalculables. Como loca empecé a llamar a César y decirle que se apure, que venga ya porque Juana nacía ya, y parecía que el médico necesitaba que sea lo más rápido posible, probablemente tendría algún asado con amigos luego y no querría retrasarse. ¿En algún momento pensó que esa urgencia que me transmitía era el nacimiento de mi hija? ¿Los médicos piensan en las emociones, los tiempos, las expectativas de los pacientes? Claramente no, y lo terminé de confirmar en el quirófano. César llego corriendo con mil bolsos colgando, el huevito, la mantita, el cochecito y la mar en coche. Yo estaba por entrar a bañarme corriendo con el jabón que me dieron, con un bombo considerable que no me dejaba apurarme demasiado. Salí del baño envuelta en la toalla y ya estaban en la habitación una enfermera y un enfermero que me esperaban con la silla de ruedas para que ya me suba y me lleven como cohete a sacarme mi bebita de la panza. Con el pelo chorreando agua, me puse el equipete celeste, le di un beso rapidito a César y partimos, la comitiva de los dos enfermeros, César y yo en la silla volando para el quirófano yaaaa.
En esta clínica no permitían a los padres entrar a las cesáreas así que el padre de la criaturita tuvo que esperar afuera. El quirófano era bastante agradable, todo nuevito, blanco, impecable. No tardaron mucho en prepararme, colocarme la anestesia y arrancar con su tarea. Mientras me preparaban una de las enfermeras ponía música en una tablet y le consultaba al resto que querían escuchar. Sí, sí. Al resto, ¿y a mí? Hola. Va a nacer mi hija, ¡soy la protagonista de este momento! ¿Tengo que escuchar Damas Gratis si a ustedes se les antoja en uno de los momentos más hermosos de mi vida? Gracias a Dios eligieron Abel Pintos, y como un acto de cortesía, cuando ya habían decidido me preguntaron,¿ a vos te gusta no? Con la música ya elegida los médicos empezaron a trabajar en mi pancita. ¿Concentrados? ¿Preguntándome como me sentía? ¿Charlándome de algo lindo? No señores. Como se les ocurre semejante acto de amor a una paciente que va a ser mamá. Ellos charlaban entre ellos, de fútbol, de sus hijos, de los amigos, y mientras me cortaban.
Realmente era una carnicería, un trámite más para ellos. Era muy loco sentir que estaba por nacer Juana y que ellos estaban cada uno en la suya, no les importaba que fuera a nacer mi bebé. Para ellos no era un momento tan importante como para mí. Sólo destaco el comportamiento del anestesista, un pibe joven, muy piola, estuvo todo el tiempo al lado mío y cada tanto me tiraba algún dato, “ya falta poco”, ‘’en 3 minutos nace tu hija’’. Hasta que en un momento me dice ‘’son las 18.03 hs y tu bebé acaba de nacer, es hermosa, felicitaciones’’. Mi emoción era tal que obviamente empezaron a caer las lágrimas. La sacaron, la envolvieron en unas telas blancas y me la mostraron, la pusieron al ladito mío un segundo y la enfermera aprovecho a sacarme una foto con la cámara que les había dado César. Creo que una de las fotos que más amo juntas. Un segundo y se la llevaron.




Arranquemos desde el principio...

Hace un par de años, cuando empezó la historieta de esta enfermedad, decidí comenzar un diario... Para hacer catarsis supongo... y me gustaría ir compartiendo con ustedes ese día a día para que puedan entender un poco mas como viene la cosa... voy a comenzar publicando en orden algunas de las cosas que fui escribiendo...


Acá estoy. Hace varios días vengo fantaseando con la idea de comenzar  a escribir. Creo que puede ser una buena forma de descargar angustias, contar lo que no le confío a nadie, despejar, relajar y vaya a saber cuántas cosas más. Resulta que me compre el libro de Marina Borensztein, “Enferme para sanar”, donde cuenta su experiencia con el cáncer de mama que le toco atravesar hace algunos años. Leyendo iba pensando “yo la pase peor”; “esta se queja de esto pero no sabe lo que es pasarla mal posta por el cáncer”. Cuenta que se sintió muy manoseada e incómoda entre tantos médicos y cosas y automáticamente me surge pensar: entonces yo??????
¿A vos te miraron las tetas? Bueno, a mí me miraron, tocaron, examinaron, pusieron, sacaron, filmaron, y no sé cuántas cosas más por adelante y por atrás. Sé que no está bien comparar, cada uno hace lo que puede con lo que le toca, se siente mal como quiere y con lo que quiere, cada realidad es distinta, somos todos diferentes y las cosas nos pegan a cada cual cómo podemos. Pero esta lectura me despertó un poco todo lo que pase, me remueve, me hace llorar, enojar con la pobre autora, sentirme identificada. En fin, me tentó a mí también a contar mi historia, como una terapia más en estos días, así que acá va. Espero disfrutar de esto, aunque duela, ojala así sea.
Arranquemos por el principio: Con César nos casamos en noviembre de 2011, felices de arrancar una nueva etapa juntos. A fines del 2012 empezamos a ilusionarnos con ser papas así que antes de arrancar la búsqueda fui a lo de mi ginecólogo para que me diga cómo estaba mi salud para buscar un bebé. Como a mitad de año ya me había realizado un PAP y los resultados estaban bien, me dijeron que no era necesario hacerme ningún estudio más, solo dejar las pastillas anticonceptivas que tome durante muchos años, con algún que otro descanso corto en el medio, y empezar a tomar ácido fólico. Así lo hice, y comenzamos la gran búsqueda de agrandar la familia. Paso septiembre, octubre, noviembre, diciembre, enero y llego el febrero tan esperado. Nos fuimos de vacaciones a Mar del Plata donde viven varios amigos de César. Pasamos unos días muy lindos y allí concebimos a nuestra hermosa chiquita. Paso algo muy especial. Recordamos con lujo de detalle esa mañana que Juanita se volvió una realidad minúscula en mi vientre. Pasaron los días, volvimos a casa y había un atraso, pero como ya había pasado veces anteriores y los resultados siempre fueron negativos, esta vez no lo alerte a César y me compre un Evatest sola.
Volví de trabajar y en casa no había nadie. Me metí en el baño y me hice la prueba pensando que probablemente sea una sola rayita nuevamente.  Al minuto de hacerme la prueba la segunda rayita empezó a aparecer y con el correr de los segundos se volvía cada vez más intensa. Yo no sabía si reírme, llorar, gritar. Me parecía increíble que lo que veníamos soñando por fin era realidad. Empecé a hablar sola y llorar, emocionada, feliz, sin poder creerlo aún. Lo llamé a César que estaba en la plaza y le dije que se apure, que tengo una noticia muy linda para darle. Lo esperé ansiosa. Llegó y le abrí la puerta yo, no podía esperar. Me dice-¿qué pasa? Y aunque me hubiera gustado hacerlo más romántico, crearle más expectativa, mi ansiedad, como siempre, pudo más. Le mostré el Evatest y no entendía nada. ¡Me abrazo y se puso tan feliz! Lloramos juntos. Fue hermoso, el sueño de ser papás se estaba empezando a cumplir.
Nunca fui de las de la idea de esperar hasta el tercer mes para contarle al mundo que estaba embarazada. No porque no me parezca bien, sino que como dije antes, mi ansiedad siempre le gana a la razón y por eso queríamos que todos nuestros seres queridos sepan que íbamos a ser papás. Igual por las dudas que esas venditas rayitas se hubieran pintado como por arte de magia y que no sea real, repetimos la prueba por la tarde, y nuevamente re positivo.  Ahí mismo llame a mi mamá y a mi hermano y organicé cena familiar para la noche en casa de mamá y papá. Mi cuñada Vale estaba embarazada de Fran, y a mí siempre me gustó la idea de estar embarazadas en la misma época para que nuestros hijitos sean parejitos de edad y puedan compartir la vida más de cerca. Yo no sabía cómo arrancar el tema, así que César en un momento lo largo. ¡Todos estuvieron felices! Y yo más aun viendo cómo se alegraban por nosotros.
Los papás de César viven en Olavarría así que no íbamos a aguantar a viajar para contarles, por eso les mandamos un mensaje de texto diciéndoles que se conecten a un horario por Skype que necesitábamos contarles algo. Supongo que ya se imaginaban, mi suegra siempre estuvo preocupada porque aún no teníamos un bebé, vaya a saber por qué. Ya había consultado no sé a qué brujo o carta natal sobre nosotros. Sólo hacía un año y poquito que estábamos casados y yo tenía 27 años. Nada nos corría tanto, aunque ahora, después de todo lo que paso, creo que sí había algo que nos corría a vivir  un paso más adelante siempre. La cosa es que se conectaron y les dimos la noticia. Su felicidad fue igual que la nuestra. Lloraron y todos felices.

El embarazo.

El embarazo de Juana no fue del todo disfrutable. Los primeros 3 meses sufrí las típicas molestias de embarazada reciente, náuseas, malestar, sueño, ascos. Pero por suerte con los meses eso aflojó, aunque comenzaron nuevas molestias. Dolores, incomodidad y malestares que para el doctor eran habituales del embarazo. Hoy sé que dentro mío crecían a la vez la persona que más vida, alegría, paz y felicidad me dio, y Con ella, desde muy cerquita, el tumor que me vino a cagar la vida, a demostrarme que en esta vida no es todo color de rosas, a que sepa que a mí también me podían pasar esas cosas horribles que le pasaban solo a los demás. Y lo más importante, a alertarme de que algo no andaba bien y que debía tomar cartas en el asunto.